El barrio de las luces rojas, las cortinas y las mujeres detrás de escaparates ya no es de este siglo, y mucho menos de la manera de comportarse de la gente. Los turistas se agolpan, sacan fotos, golpean los cristales y se burlan de las trabajadoras sexuales, unido al aumento de la delincuencia, lo que ha llevado al debate de la clausura de este lugar "típico" de Amsterdam.
Un trabajo de Viola de Lesseps para Diario del Viajero, que pueden ver completo en: https://bit.ly/2Yidj5g